Nadie sabe nada: El samanté reconquista américa

Columnistas

Juan Eduardo Fernández “Juanette”

Antes de comenzar a redactar mi columna semanal quiero aclarar que este es probablemente, el artículo más “modo fanático” que escribí en mi carrera. Y esto es porque admiro a la gente de la productora de humor El Terrat y a Andreu Buenafuente desde hace más de 10 años. Ahora amigo lector, estás por conocer un relato de reconquista, donde 33 españoles vinieron hasta américa a plantar bandera, pero no me refiero a la del reino de España, sino a la bandera del Samanté.

¿Qué es el Samanté?

Pues es una expresión de buena vibra, buen rollo, bueno humor, comedia y de energía positiva para con el otro. Podría decirse que es un hijo del “Namasté”, pero mucho más potente (la realidad es que fue un error de Andreu que quiso decir Namasté y dijo Samanté, pero no se le cuenten a nadie).  

En fin, acá les relato cómo terminé en las profundidades, en el backstage, viendo lo que nadie ha visto del Nadie Sabe Nada y viví para contarlo: 

 Todo comenzó hace poco más de un mes cuando estaba frente a mi computadora y sonó mi celular. Al contestar vi que se trataba de mi amigo Xen Subirats, quien es el productor ejecutivo no solo de El Terrat sino del podcast de humor más escuchado de Europa “Nadie Saba nada”. 

Cuando tomé el llamado, Xen me saludó y me dijo: Te tengo una gran noticia ¡Vamos a Buenos Aires!, tras escucharlo confieso que me temblaron las piernas. Pero eso no fue todo, pues además me dijo que me contactaría “Oli” el coordinador de público del Nadie Sabe Nada, para que le diera una mano con la convocatoria, es decir, yo sería parte de este hermoso proyecto en tierras americanas. 

Luego de la llamada con Oli, y ya con el link de registración me puse en campaña para reclutar al público, y en pocos días logramos copar el aforo de las tres funciones en el teatro Picadero de Buenos Aires. 

Durante los días previos a la llegada del equipo, hicimos algunos idas y vuelta puntuales con Oli, pero la noche antes del arribo de Andreu, Berto, Xen, Oli y compañía no pegué un ojo. El 6 de julio, día que se hicieron los dos primeros shows, me levanté temprano y trabajé como cualquier otro día, tratando de mitigar la ansiedad, pues era inminente: ese día conocería a uno de los mejores cómicos de Europa, Andreu Buenafuente, quien por cierto es uno de mis referentes en la comedia junto a Laureano Márquez. 

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Ya hacia el final de la tarde me fui hasta el teatro e hice la fila para ingresar, pues ahora solo era un fanático más, o al menos eso creía. Sin embargo, todo cambió, pues el querido Oli salió a la puerta del teatro, nos saludamos y me dijo que en breve me haría pasar.  

A los pocos minutos mi amigo Xen me hizo señas para que entrará y al vernos nos abrazamos afectuosamente. Acá quiero explicar que mi relación con Xen inició hace unos Díez años por correo y por teléfono, y con en todo este tiempo fue creciendo la amistad; pero esa era la primera vez que nos veíamos en persona, y la verdad fue muy emotivo para ambos. 

Seguidamente mi amigo no solo me explicó cómo se producía el podcast, sino que me fue presentando a todo el equipo. A algunos yo les conocía (no personalmente) de Late Motiv, el programa que anteriormente hacía Andreu. Entre ellos puedo nombrar a Vero Díaz, David Martos, Rosa Domingo, y Ramón “el tío de la música”; pero además conocí a Mía Font, Agustín, Ariane Vegas, Lydia Cerrudo y Jan Subirats, el hijo de Xen a quien había visto en foto cuando tenía él 11 años, pero ahora tiene 19 y es un tipo hecho y derecho. 

Lo que me emocionó más al conocerles es que ellos ya sabían quién era yo, Xen les había contado de mí, y viendo como me trataron, parece que les habló muy bien. Pero el momento culmine de ese primer día ocurrió cuando bajábamos las escaleras y nos encontramos a Berto y Andreu llegando al teatro. Resulta que Xen recibió a Andreu Buenafuente y le dijo señalándome: “Mira quien ha venido”. A lo que Andreu contestó: ¡Hombre Juanette! Que gusto. 

Quiero aclarar que en ese momento no me desmayé por educación, pero fue un flash que uno de los tipos que más admiro me reconociera. Nos dimos, un abrazo, nos saludamos con Berto y ellos se fueron al camarín. 

Luego de la grabación del show, salí y me acomodé a un costado del camarín, mientas Andreu y Berto se alistaban para tomarse fotos con los asistentes; y fue ahí donde ocurrió otro momento surreal: Buenafuente me preguntó qué tal me había parecido el show, obviamente le dije que espectacular. Y luego de escucharme agregó: “Juanette vente a cenar con nosotros después del show vale” Yo asentí con la cabeza. 

Al terminar la función un grupo de invitados se fue con Andreu en una camioneta, y yo me fui con Agustín y el presidente del podcast Mía Font caminando, pues el restaurante donde cenaríamos estaba cerca. Pero yo estaba tan nervioso que, aunque tengo casi 7 años viviendo en la capital argentina me perdí, por lo que Mía Font, quien me había propuesto para que fuese su guía personal en la ciudad de Buenos Aires me despidió (en broma por supuesto, al menos eso supongo).

Unos 15 minutos después llegamos a la pizzería “El Cuartito” una de los restaurantes notables de Buenos Aires. Y fue así como terminé compartiendo junto al Andreu, mi amigo Xen y todo el equipo del Nadie Sabe Nada, una noche inolvidable de futbol, comedia y anécdotas. En esa mesa ya no era sólo un fanático del cómico español, pues los chicos de la producción, me hicieron sentirme como uno más del equipo. 

Al día siguiente en el show final todos me recibieron con mucho cariño, sin duda había sido adoptado por la manada. Incluso pude participar de ese abrazo que se dieron todos los miembros de Nadie Sabe Nada luego de la presentación final, pero además me invitaron a la fiesta para clausurar la gira. 

Sin duda lo más importante de la visita del Nadie Sabe Nada, que claramente fue un sueño cumplido para mí, no fue solo conocer en persona a Berto y Andreu, quienes no solo son grandes cómicos sino unos tipos muy humildes y cercanos, sino que ahora también tengo 33 amigos nuevos, todos enamorados de la comedia. 

¡Que el Samanté se propague por el mundo!

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