Un Regalo Bien Recibido

Columnistas

Ramón Velásquez Gil

Ciertamente, un tema musical es un regalo, dependiendo del gusto musical de cada quien, por supuesto. Todavía en mis tiempos mozos, de vez en cuando salíamos un grupito a cantar una serenata a alguna amiga en que alguien de nosotros estuviere interesado.

Me viene a la memoria una anécdota ocurrida en uno de esos lances.

Fuimos un grupo de panas entre los que recuerdo a: Oscar, Cesar, Adán, Henry, algún otro que escapa a mi  memoria y mi persona; a cantar una serenata donde una amiga.

Bueno, el asunto es que llegamos y comenzamos a cantar y de verdad no cantábamos tan mal.

Pero es el caso que, entonces comenzamos a escuchar voces dentro de la casa, de repente se abrió una ventana y se asomó su hermano Argenis quien nos pasó una botella de whisky y nos conmino a que nos fuésemos rápido por que su papá venía bravo con una escopeta.

Salimos en estampida..pero sin dejar la botella de whisky, por supuesto y nos fuimos a la plaza Bolívar a comentar dicha aventura y pasar el susto.

No obstante y aparte de esta anécdota, un buen long play de vinilo, un cartucho, un cassette un cd o una buena canción enviada por YouTube, son siempre un buen regalo para alguien.

Una vez, estando en mi oficina, en un momento en que estaba mi amiga Yolanda sentada en la recepción, puse a sonar muy bajito en mi computadora, una canción titulada: Una Noche, cantada por Alejandro Sanz y The Coors.

Bueno, cuando Yolanda la escucho, se asomó a mi oficina y me comento que, esa canción le gustaba mucho. Tiempo después, el día de su cumpleaños lo recordé y se la envié por WhatsApp. Me respondió que dicha canción, había sido un buen regalo de cumpleaños pues la misma era una de sus canciones favoritas.

Por otra parte y aprovechando la tecnología actual, a veces me distraigo buscando y oyendo música por YouTube, la cual comparto con familiares y amigo/as con el mismo gusto por la música.

Bueno, en días pasados curioseando en YouTube encontré una canción de nuestros tiempos en la década de los sesenta, que fue emblemática para nosotros y que nunca faltaba en las minitecas de la época, titulada: Noches de Blanco Satén, interpretada por el grupo Moody Blues.

Después de escucharla tres veces, se la envié a Zaida, una amiga de mi juventud, quien reside en la ciudad de Springfield, Colorado y resultó que estaba cumpliendo años ese día.

Fue un gran regalo, según me contó después.

Y es que la verdad un buen regalo no tiene que ser caro ni lujoso. Basta con que sea del gusto de la persona que lo recibe.

Saludos