Mientras los Yankees intentan aún asimilan la barrida del pasado fin de semana a manos de los Medias Rojas de Boston en el Fenway Park, mucho se habla de la inminente salida de su manager Aaron Boone, quien con su récord de 40-37, el equipo parece más probable que termine en el medio del paquete de la División Este de la Liga Americana que se convierte en algo especial después del Juego de Estrellas.
Salvo un milagro, un desfile de la Serie Mundial de los Yankees no se llevará a cabo en la ciudad de Nueva York este otoño. El contrato de Boone termina después de la temporada. Este es su cuarto año en el banquillo de los Yankees. La última vez que a un gerente de los Yankees se le permitió administrar un quinto año sin haber ganado ya un anillo fue en 1922. La escritura está en la pared, incluso si el gerente general Brian Cashman no quiere admitirlo todavía.
Entonces, ¿quién podría ser el mánager de los Yankees en 2022? Se barajan por lo menos siete nombres para ver, entre ellos Buck Showalter, Mark Kotsay, Don Kelly, Phil Nevin y el legendario ex yankee David Cone.
Cone ganó las Series Mundiales de 1996, 1998, 1999 y 2000 con los Yankees. Fue tres veces campeón en la cima secundaria de sus poderes al final de su carrera, luego lo destripó para contribuir con una final masiva en el montículo del Shea Stadium mientras su brazo se debilitaba para asegurar su cuarto título de Bombers.
Aaron Boone, aparentemente, fue contratado para ser la voz de los jugadores, un intermediario de la oficina principal y alguien que pudiera hablar sobre la mentalidad ganadora de los Yankees a una nueva generación. En realidad, sin embargo, recibió una bola de nudillos colgando en las últimas entradas de una pelea agotada y la depositó donde debería haber ido. A su equipo no le quedaba lo suficiente en el tanque para ganar la Serie Mundial. Se fue la primavera siguiente después de un accidente de baloncesto, dando paso a la Era de A-Rod de exceso que ayudó a casi arruinar el Yankee Mystique.
En realidad, Cone es el vocero voluntario de una dinastía orgullosa que se pensaba que era Boone, y ha pasado los últimos 15 años abrazando el béisbol moderno y aprendiendo a hablar su lenguaje a menudo inescrutable. Es la figura perfecta para ofrecer tanto la seriedad como la grandilocuencia que requiere esta organización en particular, así como los sermones analíticos que un equipo de béisbol ganador en 2021 necesita aceptar.
Ya l aprensa especializada en beisbol lo tiene entre sus favoritos para suplir a Boone y devolver a los mulos el brillo acostumbrado.
