Los empleados expusieron que «trabajamos en condiciones peligrosas, mientras vemos como Starbucks obtiene cada vez más, los mejores beneficios en años» lo que empujó a la gente a «mostrarse dispuesta a levantarse y decir basta».
En medio de una euforia, gritos y aplausos, los empleados de una cafetería de la cadena Starbucks en Buffalo, Nueva York, celebraron la creación del primer sindicato en la historia de la compañía.
El anuncio lo dio la Junta Nacional de Relaciones Laborales con un arrollador voto positivo a favor del sindicato de uno de los tres locales de la empresa en Búfalo, en donde alrededor de 111 trabajadores tuvieron la oportunidad de votar por correo desde el mes pasado, cuando se empezó a evaluar la posibilidad de ser representados por Workers United, una filial del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios de Estados Unidos.
«Los votos positivos podrían acelerar los esfuerzos de sindicalización en otras tiendas de Starbucks en Estados Unidos. Otras tres tiendas en Buffalo y una tienda en Mesa, Arizona, ya han presentado peticiones a la junta laboral para celebrar sus propias elecciones sindicales, aunque estos casos están pendientes” dijo la mesera y organizadora sindical Casey Moore, quien lleva trabajando seis meses en Starbucks.
Los líderes del sindicato pasaron la petición ante la junta laboral en agosto de este año, argumentando que las tiendas de Starbucks tienen problemas crónicos como la falta de personal, equipos defectuosos, el funcionamiento general de las tiendas independientes y una baja retribución salarial.
La propuesta sindical de Starbucks fue inspirada por una campaña similar que auspiciaron con éxito los empleados de la compañía local de cafeterías Spot Coffe en 2017.
«Muchos camareros de Starbucks vieron lo que sucedió en Spot Coffee y los beneficios que obtuvieron y dijeron, tal vez esto sea algo que podamos hacer también», dijo Moore.
Sin embargo, fueron los estragos causados por la pandemia del Covid-19 lo que causó el detonante entre los trabajadores. Y desde finales del 2020, varios sectores comerciales del país norteamericano han empezado a lidiar con los sindicatos laborales.
«No tenemos ninguna responsabilidad en este momento. No tenemos ni voz ni voto. Con un sindicato podremos sentarnos a la mesa y decir: ‘Esto es lo que queremos'», explicó Moore ante las cámaras de los medios locales.
A pesar del bajo porcentaje de afiliación sindical en el sector privado del país, que solo ocupa un 6,3% y un 1,2% en los trabajadores de cafeterías y restaurantes, el éxito de los meseros de Starbucks en Buffalo se ha extendido ya en otras tres cafeterías de la ciudad, aparte de las tres que ya hicieron parte de la votación de este sindicato, y otra más en el estado de Arizona.
Starbucks en rechazo del sindicato
La ilusión de los jóvenes empleados se vio opacada por la negativa rotunda del corporativo de la empresa que consideró el proyecto como una “traición a los principios” que han hecho a la compañía el gigante de los capuchinos y café lates a nivel internacional.
La empresa argumentó desde el principio que, en sus 8.000 tiendas propias en Estados Unidos, se trabajaba mejor directamente con los empleados -a los cuales llaman “socios”- y no con una organización sindical.
La dirección general de la compañía inició una estrategia para evitar que la iniciativa continuara, enviando a decenas de administrativos a Buffalo para “atemorizar a los empleados y convencerlos de que votaran no” a la formación del sindicato.
Además, insistieron que con el grupo sindical, se pierde la “flexibilidad con cada uno de nuestros socios”, ya que muchos de ellos trabajan en más de una tienda en la zona de Buffalo y a los administrativos se les facilita más la comunicación directa con cada uno, para poder “trasladarlos de una tienda a otra”.
«Aunque reconocemos que esto crea cierto nivel de incertidumbre, respetamos el proceso que está en marcha, e independientemente del resultado en estas elecciones, seguiremos siendo fieles a nuestra misión y valores», escribió Kevin Johnson, presidente y director general de Starbucks.
«No tenía ni idea de que Starbucks haría las cosas que terminó haciendo. Fui un poco ingenua, quizás porque me creía lo que dicen que Starbucks es una empresa progresista», resaltó Moore.
Sin embargo, la joven explica que ella y sus compañeros que la acompañaron en la idea pueden servir de ejemplo para que se replique la iniciativa.
«Creo que la gente de todo el mundo va a decir, mira, lo hicieron, podemos hacer eso también. Y una vez que nos sentemos y negociemos un contrato con ellos, todo va a explotar aún más».
Ahora, los empleados líderes del sindicato y el corporativo de Starbucks deberán sentarse para negociar un convenio colectivo y definir un representante entre los empleados para que tenga contacto exclusivo con los directivos, algo que la compañía ha dicho que “traicionará la cultura solidaria caracteriza a la empresa”.