Es momento de compartir en familia y con seres queridos… Felices fiestas

El rinconcito newyorquino

MARF

Mañana es navidad y debo admitir que no se me ocurría qué escribir para ustedes en tan importante fecha.

No quería recomendarles salidas porque probablemente lo que más deseen sea quedarse acurrucados viendo series y películas en las mil opciones de plataformas de streaming que agradezco al cielo que existen, pero mi sentido de responsabilidad me obligaba al menos a desearles una feliz navidad.

Lo primero que se me ocurrió fue hablarles de mis navidades más felices que indudablemente fueron durante mi niñez; también pensé en comparar ese relato con la manera en la que las vivo desde que estoy en New York, pero luego pensé que ya basta de hablar de mi vida porque casi todas mis introducciones incluyen una anécdota.

Recomendarles una playlist como que no encajaba mucho, compartirles mi carta a Santa ya es demasiado personal y dejarles un análisis del más bonito pero también triste cuento navideño venezolano podría bajarles el ánimo y eso lo último que espero lograr. 

Aunque para que no se queden con la duda, me refiero a “De cómo Panchito Mandefuá cenó con el Niño Jesús”, por si quieren googlearlo y leerlo. 

Finalmente, decidí no complicarme y quise recordarles algunas cositas básicas pero sumamente necesarias tenerlas presente sin importar cuál sea nuestra situación:

El tiempo con la familia, de sangre o la elegida, siempre será el regalo más importante mientras existan entre ustedes los valores necesarios para mantenerla unida.

Así como pedimos, también es necesario agradecer a Dios, a la vida, el universo o a nosotros mismos por lo que tenemos.

Compartir de lo nuestro con otros siempre termina llenando el corazón.

Ser realistas y aceptar con humildad que tus mejores navidades ya pasaron, es la clave para disfrutar las actuales lo más que se pueda. 

Y para cerrar y no extenderme demasiado, creo que son muchas más personas para quienes la navidad es súper importante así que, si para ti es como cualquier otro día, por favor no seas Grinch con el resto.

Ah, también recuerden celebrar responsablemente y evitar accidentes, no querrán opacar la felicidad.

Habiendo dicho todo esto, solo me queda desearles ¡que pasen unas muy felices fiestas!