La cayena y Samba pa ti

Columnistas
Juan Eduardo Fernández “Juanette”

El 20 de diciembre recibí muy temprano una llamada y cuando uno vive fuera de su país, las llamadas mañaneras casi siempre son portadoras de malas noticias. Y en efecto así lo fue: mi hermano me avisó desde Chile que mi tío Johnny el hermano menor de papá había muerto en Venezuela de un infarto. 

Tras conocer la noticia le escribí a mis primos para darles el pésame, ponerme a la orden y asegurarles que de alguna manera mi tío seguirá en contacto con ellos a través de señales. La verdad no creía mucho en los médiums, espíritus ni nada de esas cosas. Pero desde que papá murió en 2017, siempre siento que está con nosotros. 

Quiero aclarar que papá no me manda mails, ni memes, ni Voice por WhatsApp, sino que, a través de olores, imágenes que se me atraviesan en el camino y que evocan alguna anécdota que viví junto a mi padre; y hasta sus canciones favoritas, sonando en un lugar ramdom en el momento menos esperado, me avisa que mi viejo está presente. 

Pasaron tres días de la muerte de mi tío y mi hermano llegó a Buenos Aires con su esposa e hijos para pasar la navidad conmigo, mis hijos y mamá, quien vino a finales de noviembre de 2023 a la llamada “Ciudad de la furia”. Tras las fiestas hicimos varios paseos no solo por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sino también por la provincia que es bastante grande. 

Uno de los lugares que visitamos fue el parque La República de los Niños, que, según la leyenda urbana, Walt Disney se inspiró en este lugar fundado en 1950 y ubicado en la localidad de Gonnet (Provincia de Buenos Aires) para luego crear Disneyland en 1955. 

En fin, de camino a la República de los Niños mi hermano y yo nos topamos con un olor familiar: El de la cayena roja, flor que le encantaba a papá, tanto así, que en nuestra casa de Cua había un muro con varias de estas flores. Mi hermano y yo no lo comentamos, pero con una mirada cómplice aceptamos que nuestro padre nos estaba acompañando en el paseo. 

Días después mientras caminábamos por El Puente de la Mujer, una estructura diseñada por el famoso arquitecto español Santiago Calatrava y que es una de las principales atracciones de Buenos Aires, un artista callejero apenas pasamos a su lado, comenzó a tocar en la guitarra una de las canciones favorita de papá: “Samba pa ti” de Carlos Santana. Todos nos vimos a la cara y sonreímos, pues sabíamos que Juan “El Caballito” como le decían a mi padre, se estaba comunicando con nosotros.  

Pero este viaje a Buenos Aires no es la única prueba de que nuestros familiares que partieron a otro plano, se comunican de alguna manera con nosotros. De hecho, al morir mi abuela Rosa en Caracas en el año 2014 y justo cuando estábamos por subir el ataúd a la carroza fúnebre, una mariposa azul se posó sobre el féretro por unos minutos, el tiempo suficiente para que el espíritu de “La Doña” tomara posesión de aquel ser vivo.

Y en momentos difícil de mi vida, he visto mariposas azules. Uno de ellos fue la noche antes de abordar el avión que me traería a la Argentina. Yo estaba muy asustado porque estaba dejando a mis hijos, a quien era mi esposa entonces y una vida ya hecha, para embarcarme en una aventura desconocida. 

Mientras me tomaba una cerveza en el balcón de mi casa en Caracas, una mariposa Azul se posó y se quedó algunos minutos haciéndome compañía. Tal vez fue una coincidencia, pero me gusta pensar que era mi abuela diciéndome que todo saldría bien, y créanme, no se equivocó. 

Ahora sólo espero que mi tío se comunique pronto con mis primos y mi tía. Para que les de la fuerza que necesitan en un momento tan duro.