La salud mental también está en juego por el calor

Salud

Los riesgos para la salud física por las altas temperaturas son de sobra conocidos por la mayoría de la población. Sequedad, piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, mareos, confusión, debilidad muscular, náuseas, vómitos o pérdida de conciencia son solo algunos de los resultados que el calor extremo que vivimos estos días puede dejar en el cuerpo.

Pero no solo la salud física está en riesgo con la tercera ola de calor del verano que estamos sufriendo –y que durará hasta este viernes–, la mental también.

Varias investigaciones han descubierto relaciones entre los mercurios en ascenso y varios tipos de problemas de salud psicológica, como fatiga mental, agresiones e incluso –en los casos más extremos– tasas más altas de suicidio.

Un estudio con una muestra de 2,2 millones de personas ha demostrado que la visitas a las urgencias de los hospitales por problemas de salud mental aumentaban un 8% los días más calurosos del verano.

Las consultas por autolesiones, ansiedad o trastornos del estado de ánimo, suben en la misma proporción que la temperatura, según este informe.

Otro análisis, con más de 1,9 millones de sujetos de estudio, ha revelado que en los días con más de 21 ºC los niveles de alegría y felicidad percibidos por los encuestados descendían.

El mismo estudio ha recogido una mayor probabilidad de experimentar estrés, enfado y fatiga, que en los días que las temperaturas oscilaban entre 10 y 15. Además, los mismos investigadores han señalado que estas consecuencias eran especialmente notorias cuando las temperaturas superaban los 32 ºC.

Agotamiento, malestar, estrés, ansiedad…

Para población general, el calor provoca mayor malestar y afecta al bienestar mental en primer lugar por el agotamiento. En las olas de calor por la noche dormimos peor, lo que produce que por el día suframos mayor agotamiento que en condiciones normales.

Esto aumenta la irritabilidad, hace que nos sintamos más frustrados, tengamos menos paciencia. Y eso puede llevar a que personas que en situaciones normales tengan la mecha más larga, salten antes, estén más irritables, más enfadadas o más frustradas.

Esto es lo más visible, lo que más se ve en la convivencia.

La ola de calor también puede elevar los niveles de estrés y ansiedad. Estos se verán incrementados en mayor o menor medida en función de cómo contemple cada persona el aumento de los mercurios: No es lo mismo que una persona se plantee. Bueno, la ola de calor son dos días, lo paso lo mejor que pueda y ya está’. O que se quede pensando

¡Esto es insoportable! ¡No hay quien lo aguante! ¡Cuánto calor!’ Depende mucho de lo que nos expliquemos acerca de lo que está ocurriendo.

¿Afecta encerrarse en casa?

Uno de los comportamientos más comunes que realizan los españoles estos días consiste en bajar las persianas y encerrarse en casa a esperar a que las temperaturas bajen para poder salir a la calle.

Al preguntar a la psicóloga si este encierro puede ser también un factor para empeorar la salud mental, apunta que “va a tener mucho que ver el tiempo que estemos en casa.

No es lo mismo encerrarse unos días por la ola de calor, que todo el verano, porque todos somos seres sociales y necesitamos relacionarnos con otras personas”. Por ello, señala que, ya sea en la ola de calor que vivimos o en el verano en general, “lo aconsejable sería esperar a que bajen el calor y poder mantener de alguna manera esa relación con los demás”.

En este sentido, señala que el encierro de la pandemia nos enseñó que es posible relacionarse con otros sin necesidad de estar piel con piel. Para satisfacer las necesidades sociales, también se pueden hacer videollamadas para que, aunque estemos metidos en casa por el calor, no estemos aislados.

Aumento de trastornos bipolares, suicidio…

En el caso de las personas con patologías de salud mental previa, estas se pueden ver exacerbadas, ya que “este calor amplifica la sintomatología”, afectando especialmente a los trastornos comportamentales, apunta la psicóloga.

Respecto a patologías psiquiátricas como el trastorno bipolar, varias investigaciones han revelado que es posible que un aumento de la temperatura dispare recaídas temporales en personas con la enfermedad.

Asimismo, hay estudios que han descubierto que mayores exposiciones a la luz solar quizá eleven el riesgo de episodios maniacos. Además, las temperaturas altas también se han relacionado con la muerte de personas con esquizofrenia.

Cabe destacar que uno de los problemas que se plantean es el hecho de que la eficacia de importantes fármacos utilizados para tratar enfermedades psiquiátricas puede reducirse por los efectos del calor. Por otro lado, también existe un vínculo entre las altas temperaturas, el suicidio y los intentos del mismo.

En términos generales, por cada aumento de 1 ℃ en la temperatura media mensual, las muertes relacionadas con la salud mental aumentan en un 2,2%.