Lo que es bueno para el pavo

Columnistas
Juan Eduardo Fernández “Juanette”

En la larga lista de dichos populares que existen en la lengua castellana hay uno que particularmente se ha puesto de moda, principalmente en la política: Se trata de aquel viejo adagio que dice: Lo que es bueno para el pavo, es bueno para la pava. La frase en cuestión refiere al trato igualitario que debe propinarse a una persona o grupo de personas sin distinción alguna. 

Lo que es bueno para el pavo, es bueno para la pava” tiene su origen en la expresión “Deep drinketh the goose as the gander” (tan profundo bebe el ganso como la gansa), que fue escrita por el poeta británico John Heywood en 1562. Mucha agua ha corrido desde entonces, pero ahora se ha vuelto una especie de declaración, al menos así lo veo, en la política internacional. 

Como ya se sabe, desde diciembre de 2023, Argentina está atravesando un proceso de cambio político no sólo de formas sino también de fondo. Esto ha traído como consecuencia que organizaciones sociales, sindicatos y otros actores, comiencen a “calentar la calle” en protesta por las medidas impulsadas por el gobierno de Javier Milei.  

Paradójicamente, los grupos que salen a manifestar esgrimen razones de protestas que no sólo son válidas, sino que son las mismas que tenían cuando gobernaba Alberto Fernández. Y esto me lleva a preguntarme: ¿Por qué salen ahora con Milei, pero no lo hicieron con Alberto?

Igual del otro lado, es decir, de los simpatizantes del presidente Milei, tampoco es que están “20 puntos”; pues hay medios de comunicación, periodistas, y partidarios del presidente, que criticaron la condenable actitud del kirchnerismo cuando escrachaban a periodistas y opositores; pero que ahora no dicen nada cuando son ellos los que tienen la misma actitud. 

Yo ya vi esto en Venezuela y créanme, no termina nada bien. A los políticos les interesa que el ciudadano de a pie confronte, así mientras todos estamos distraídos discutiendo, ellos pueden hacer sus negocios y tejiendo estructuras que los mantengan en el poder, al menos es lo que pasó en Venezuela. 

Y ustedes se preguntarán ¿Por qué Juanette comenzó hablando de un dicho popular y terminó escribiendo de política? Porque el otro día en una cena con amigos, caímos en el tema del que se habla por estos días en Argentina: ¿Se resolverá la economía argentina? ¿El gobierno logrará sacar al país de la crisis? ¿Antes realmente estábamos mejor? 

Mientras unos expresaban su preocupación por que no llegaban a fin de mes, otros decían que había que aguantar, y el que no pudiera, bueno, “Era un daño colateral”. La reunión fue subiendo la temperatura, hasta que alguien tiró:

  • Lo que es bueno para el pavo, es bueno para la pava. Cuando lo hacían ustedes los peronistas si estaba bien, pero ahora que les quitaron sus negocios, entonces está todo mal. 

Otro contestó:

  • Este es un gobierno hambreador, que solamente piensa en los ricos… 

En un momento todos comenzaron a discutir airadamente. Fue entonces cuando rodé la silla con fuerza, y me levanté de la mesa. Todos me vieron, y una amiga me dijo:

  • ¿Te volviste loco?

A lo que respondí:

  • Locos se volvieron ustedes. Todos vamos a terminar en el horno, con el pavo y la pava.

Acto seguido, le pedí a la dueña de la casa que por favor me abriera la puerta principal y me fui sin despedirme de nadie. 

Mientras caminaba a casa, decidido a no cenar nunca más con ningún otro ser humano, pensé en un dicho nuevo: El fanatismo político es el motor de la estupidez. 

Hasta la próxima semana (Si es que me provoca seguir escribiendo)