Los sobrios looks de Meghan Markle, la duquesa de Sussex

La casita Trendy

Los Sussex han viajado de costa a costa por primera vez desde que se instalaron en California para apoyar con su presencia un acto global solidario en el que se codearan con artistas y celebridades por una buena causa. 

Retomando el pulso de sus propósitos antes de salir de la familia real británica por la puerta de atrás.

La visita ha estado cargada de emoción, como se notaba en las grandes sonrisas de la pareja, encantados de volver a la agenda. 

Sobre todo para Meghan Markle, que es la primera vez que se deja ver en público, desde el nacimiento de su hija. 

Sin mascarillas, y rodeados de un séquito de autoridades y policías, la pareja ha llegado a Nueva York por la puerta grande, con un primer día en el que la nueva gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, y el alcalde Bill de Blasio han ejercido como cicerones de lujo.

Meghan se ha decantado por un total look en tonalidad azul marino, la misma que lleva el príncipe Harry, compuesto por un abrigo recto de cuello mao y solapa invertida en lana, de Emporio Armani, jersey fino de cuello alto, pantalones anchos fluidos de tiro alto y salones clásicos de gamuza con tacón fino, de Aquazzura. 

El monochrome es latécnica de coordinar todos los elementos de un estilismo a través de un colory sirve para alargar la figura y ofrecer una apariencia estilizada, además de elegante. 

En cuanto a los complementos, ha mantenido la discreción que la convocatoria requería al inclinarse por joyería eterna pero poco ostentosa: los pendientes Galanterie, reloj Tank Française y brazalete Love, los tres de Cartier. 

Como peinado, escogióun moño pulcro y señorial con sutiles ojos ahumados.

Pantalones ‘piernas kilométricas’, el uniforme para la rentrée.

No es coincidencia que Meghan haya recurrido al pantalón liso de corte palazzo, especialmente en tonalidad azul marino, pues se trata de un color que crea sensación de infinidad, a la vez que estiliza casi tanto como el negro, en una silueta que gusta a otras royals estilosas por sus propiedades favorecedoras, como Máxima de los Países Bajos o doña Letizia. 

Sin embargo, la última en ponerlos a prueba fue su cuñada Kate Middleton hace exactamente una semana con motivo de su primer acto protocolar tras las vacaciones de verano

Hacia la tarde, Meghan cambió de vestuario con motivo de su segunda reunión del día, esta vez en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 

La Duquesa finalizaba sus citas de la jornada con un sencillo look compuesto a base de prendas de fondo de armario, algunas de las que ya habíamos visto anteriormente. 

Apostaba por un vestido de punto negro con efecto estilizador tanto por su color como por su corte entallado, una pieza de cuello perkins, manga larga y falda midi recta al que sumaba zapatos a juego, concretamente unos stilettos de terciopelo con tacón fino firmados por Giorgio Armani que nunca había lucido en público. 

Para completar, optó por uno de sus abrigos más característicos, el diseño tipo batín en tono camel que ha llevado en varias ocasiones (y que también tiene Victoria de Suecia) firmado por Max Mara. 

Eso sí, no se trata de la versión que le habíamos visto antes, sino una ligeramente más corta. 

Completó con un bolsito de mano estilo años 50 de Valextra y unas gafas de sol en clave XL con detalles de carey de la marca Valentino. 

Tanto este conjunto como el que eligió apenas unas horas antes dejan clara la estrategia estilística de Meghan en Estados Unidos: el minimalismo. 

Es cierto que ya durante su época en Londres se caracterizó por recurrir a ese tipo de prendas sencillas que configuran un fondo de armario atemporal, pero tenía que adaptarse a los distintos protocolos y eventos y solía abogar más por diseños algo más marcados y accesorios potentes.

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