Muchos migrantes quienes todavía buscan refugio en las calles de Midtown, hambrientos y confundidos, después de que el Hotel Roosevelt, uno de los muchos lugares de la Gran Manzana que albergan a solicitantes de asilo en los últimos meses, alcanzara su capacidad durante el fin de semana.
La gente quedó tirada en las calles cerca de la calle 45 y la avenida Madison durante la noche mientras la ciudad se apresuraba a hacer frente a la abrumadora demanda de inmigrantes entrantes.
La ciudad se vio forzada a estacionar varios pequeños autobuses fuera de las instalaciones, para usar como un lugar para dormir y un centro de enfriamiento.
Grandes grupos fueron transportados en autobús desde el Roosevelt al Bronx temprano el 30 de julio, todavía se podía observar a las personas quienes dormían en la parte trasera de los autobuses pequeños mientras que otros permanecían en la calle con camisas y suéteres sobre sus cabezas bajo el calor sofocante, otros simplemente colocados su cabeza en las manos en la desesperación.
Varios migrantes dijeron que esperaban afuera desde las 10 de la noche la noche anterior y no se les había permitido entrar, dejándolos preocupados y confundidos.
También revelaron que si bien se les había proporcionado agua, la ciudad no les había dado alimento.
El secretario de prensa del alcalde, Fabien Levy, calificó la situación como una “realidad desgarradora” ya que la ciudad se está quedando sin recursos. Aún así, dijo que la administración continúa priorizando a los niños y las familias ante todo.
Con más de 93,000 solicitantes de asilo ingresando a al sistema de admisión desde la primavera pasada, los equipos se quedan sin espacio todos los días y la ciudad procura todo lo posible para ofrecer ubicaciones donde haya espacio disponible”.
Los niños y las familias continúan siendo priorizados y se les encuentra una cama todas las noches. Si bien anoche al menos se les ha ofrecido a todos los adultos un lugar temporal para esperar fuera de las aceras, es posible que algunos hayan optado por dormir afuera.
Es la realidad y algo que los equipos han trabajado incansablemente para evitar, pero los recursos son limitados. La ciudad requiere, como dijo el Alcalde hace algunas semanas, la ayuda de socios estatales y federales.
Se podía ver a los migrantes lavarse en la calle con botellas de agua e incluso cepillarse los dientes en la acera, mientras se preparaba un autobús de la MTA fuera de servicio para llevarlos a otra parte. Los oficiales de la policía de Nueva York también estaban en la escena para mantener bajo control las caóticas circunstancias.
