La dieta mediterránea es un estilo de vida, aquí parte de su secreto

Salud

Según los estudios llevados a cabo, España es uno de los países más longevos del mundo, y no solo se debe a la siesta –que también ayuda–. Esto ha provocado que infinidad de expertos se lancen a estudiar nuestro estilo de vida. El resultado: todos coinciden en que la culpa la tiene la dieta mediterránea.

Se llega a la conclusión de que consumimos una alta cantidad de frutas y verduras; legumbres, frutos secos, semillas y pan, así como productos de temporada.

También destacan el uso de aceite de oliva para cocinar y aliñar; el consumo de pescado azul y lácteos de manera moderada, y la leve ingesta de vino.

Aunque lo más destacado de estas coincidencias es que la alimentación se complementa con una vida activa y buen descanso. No en vano, son los tres pilares que sostienen el triángulo del bienestar.

Gracias a ello, los estudios arrojaron un resultado sorprendente: aquellos que siguieron la dieta mediterránea mostraron un 25% menos de probabilidades de fallecer durante el estudio.

Secretos y beneficios

Los ingredientes

Qué comemos es igual de importante que cómo lo comemos. La plancha y hervir alimentos suelen ser los mejores aliados de la dieta mediterránea. Y aunque por culpa de nuestro ritmo de vida se optan por otros preparados no tan saludables, lo cierto es que con un poco más de tiempo, una pizca de sal y algunas hierbas aromáticas, el resultado será inmejorable.

El aceite de oliva

Su grasa monoinsaturada es una de las claves de la dieta mediterránea. Y es que protege nuestra salud al prevenir afecciones cardíacas que suelen desprenderse del uso de la mantequilla a la hora de cocinar.

Las frutas y verduras

Comer estos alimentos de temporada no solo garantizan su sabor y frescura, también nos permite prevenir enfermedades cardíacas y el cáncer. Según recientes estudios, el azúcar se asocia directamente con estas enfermedades crónicas. Consumir estos alimentos ayudará a reducir el riesgo de padecerlas.

Y es que no hay que pensar que la fructosa de las frutas sea dañina; pero consumirla en exceso o procesada es exponer nuestro organismo a estas temidas patologías.

El pescado azul

Solo Japón supera a España en el consumo de pescado a nivel mundial. Será por el shushi. Aunque aquí para remediarlo optamos por otras opciones ricas en omega-3 como la sardina, el salmón o el atún. Se trata de grasa ‘buena’ que tiene un efecto vasodilatante.

Por supuesto, también tenemos una buena amalgama de marisco para alternarlos entre ingestas.

El vino, con moderación; y el agua, que no falte

Con dos copas al día de la bebida de Baco es más que suficiente para beneficiarnos del efecto de los polifenoles. Poderosos antioxidantes que inciden en la salud de nuestro corazón.

Además, beber agua moderadamente para una correcta hidratación nos ayuda a limpiar el cuerpo de toxinas y a mantenerlo a pleno rendimiento.

Beneficios y efecto combinado

El equilibrio es la clave de toda dieta saludable. Es por ello que el seguir la dieta mediterránea con espartana disciplina solo nos llevará a mejorar nuestra salud. Lo bueno de este estilo de vida es que basta con aliñarlo con dormir bien y hacer deporte para tener una buena calidad de vida.

No es necesario, salvo que padezcamos alguna patología -como alergias alimentarias-, que restrinjamos qué comer o la cantidad. Y es que nuestros mayores no contaban calorías en el plato, únicamente comían con cabeza y con sentido común.

Así que si no quieres renunciar a casi nada mientras comes bien y cuidas de tu salud, aún estás a tiempo de comenzar una dieta mediterránea. Y es que una vez que la pruebes, ya no la querrás dejar. Quizá sea por el jamón ibérico; quizá, por la tortilla, pero lo que es seguro es que como en España no se come en ningún otro sitio del mundo.