Temperatura alta puede estimular la microbiota intestinal para combatir las infecciones virales

Salud

Investigadores de la Universidad de Tokio desentrañan la conexión entre la temperatura corporal alta y el aumento de la resistencia viral.

La evidencia clínica sugiere que las personas mayores tienen un mayor riesgo de contraer infecciones virales. En particular, las personas mayores también tienen temperaturas corporales medias más bajas. Sin embargo, los efectos del aumento de la temperatura corporal en la lucha contra las infecciones virales siguen sin explorarse en gran medida.

Un equipo de investigadores japoneses ahora ha podido cerrar la brecha al vincular una temperatura corporal más alta con una mayor capacidad de lucha contra las infecciones de los microorganismos intestinales o «microbiota». Su estudio se publicó en el Volumen 14 Número 3863 de Nature Communications en junio de 2023 y estuvo disponible en línea el 30 de junio de 2023.

Para llevar a cabo sus experimentos, el equipo utilizó ratones expuestos al calor o al frío a 4 °C, 22 °C o 36 °C una semana antes de la infección por el virus de la influenza.

Después de que se indujera la infección viral, los ratones expuestos al frío en su mayoría murieron debido a una hipotermia severa, mientras que los ratones expuestos al calor fueron altamente resistentes a la infección incluso con dosis crecientes del virus.

«Los ratones expuestos a altas temperaturas elevan su temperatura corporal basal por encima de los 38 °C, lo que les permite producir más ácidos biliares de una manera dependiente de la microbiota intestinal», comenta el Dr. Takeshi Ichinohe de la División de Infecciones Virales de la Universidad de Tokio, Japón.

Los autores especularon que la señalización del ácido desoxicólico (DCA) de la microbiota intestinal y su receptor unido a la membrana plasmática «Takeda G-protein- coupled receptor 5» (TGR5) aumentó la resistencia del huésped a la infección por el virus de la influenza al suprimir la replicación del virus y el daño tisular dependiente de neutrófilos.

Mientras trabajaba en estos experimentos, el equipo notó que los ratones infectados con el virus de la influenza mostraban una disminución de la temperatura corporal casi cuatro días después del inicio de la infección, ¡y se acurrucaban juntos para mantenerse calientes!

El equipo notó resultados similares después de cambiar el virus de la influenza por el SARS-CoV-2 y los resultados del estudio también se validaron utilizando un modelo de hámster sirio.

Sus experimentos revelaron que la temperatura corporal superior a 38 °C podría aumentar la resistencia del huésped al virus de la influenza y las infecciones por SARS-CoV-2. Además, también encontraron que ese aumento en la temperatura corporal catalizó reacciones microbianas intestinales clave, que a su vez condujeron a la producción de ácidos biliares secundarios.

Estos ácidos pueden modular las respuestas inmunitarias y proteger al huésped contra las infecciones virales.

El Dr. Ichinohe explica: «El DCA y su agonista del receptor nuclear farnesoide X (FXR) protegen a los hámsters sirios de la infección letal por SARS-CoV-2. Además, ciertos ácidos biliares se reducen en el plasma de los pacientes con COVID-19 que desarrollan enfermedad moderada I/II en comparación con el grupo de enfermedad de menor gravedad».

Luego, el equipo realizó un análisis exhaustivo para obtener información sobre los mecanismos precisos que subyacen a la resistencia del huésped mediada por metabolitos intestinales a las infecciones virales en roedores expuestos al calor.

Además, también establecieron el papel de los ácidos biliares secundarios y los receptores de ácidos biliares en la mitigación de las infecciones virales.

«Nuestro hallazgo de que la reducción de ciertos ácidos biliares en el plasma de pacientes con COVID-19 moderado I/II puede proporcionar información sobre la variabilidad en la manifestación clínica de la enfermedad en humanos y permitir enfoques para mitigar los resultados de COVID-19», concluye el Dr. Ichinohe.

Para resumir brevemente, el estudio publicado revela que la activación de la microbiota intestinal dependiente de la alta temperatura corporal aumenta los niveles séricos e intestinales de ácidos biliares. Esto suprime la replicación del virus y las respuestas inflamatorias que siguen a las infecciones por influenza y SARS-CoV-2.

¡Un sincero agradecimiento a los investigadores japoneses por depositar su confianza en su intuición e instinto visceral!