MARF
Este domingo finalizó la Semana Santa, una temporada que para muchos en mi país (incluyéndome) es sinónimo de vacaciones, y como coincide con el verano, no hay mejor sitio al que ir sino la playa.
Créanme que si estuviera allá hubiera ido al menos un día a relajarme en esas aguas claras de temperatura perfecta y la arena fina que caracterizan las costas venezolanas.
Sin embargo, New York también tiene preciosas playas que logran controlar mi nostalgia cada vez que las visito, como es el caso de Westhampton Beach, donde con solo pisar esa suave arena blanca, puedes sentir que te quitas una enorme carga de encima que ni sabías que tenías.
Si bien estar frente al mar es el principal atractivo, este sitio tiene otras opciones de entretenimiento que ofrecer; alquileres de kayak y tablas de remo, “conciertos bajo un cielo estrellado” en Village Green y espectáculos de arte y danza, son algunas de ellas.
También hay una gran variedad de restaurantes de los que debería hacer reseñas individuales más adelante y sé que les encantarán.
Westhampton Beach es un destino muy familiar, perfecto para tomarnos un respiro sin tener que tomar un vuelo para ello.
No diré nada más para no hacer spoilers, sino que ustedes mismos vayan (si no lo han hecho, por supuesto) y vivan la experiencia y luego me cuentan que tal.
