Daniel Ortega tiene desprecio frontal y formal a la fe y a los sacerdotes

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La persecución que mantienen el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo, contra la iglesia católica, en la que se combinan detenciones de sacerdotes, amenaza de expulsiones, un lenguaje agresivo hacia ellos y un cerco policial a los centros religiosos, es considerado por el Padre Pablo Villafranca, simplemente como “un desprecio formal y frontal a la fe”

El religioso al ser consultado de si el gobierno le tiene “miedo” a monseñor Álvarez, el padre Villafranca respondió: “No sé si es miedo, animadversión, que es lo que sienten por él, por cada uno de nosotros, por lo que representamos

Óscar Danilo Benavidez Tinoco, párroco de la iglesia Espíritu Santo, ubicada en el municipio de Mulukukú, perteneciente a la Diócesis de Siuna, se convirtió el domingo en el tercer sacerdote detenido por el régimen de Daniel Ortega. «Comunicamos a todos nuestros fieles católicos que en la tarde de hoy domingo 14 de agosto fue detenido el presbítero Óscar Benavides párroco de la parroquia Espíritu Santo Mulukukú, desconocemos las causas o motivos de su detención, esperamos que las autoridades nos mantengan informados», informó la Diócesis de Siuna en un comunicado difundido en redes sociales recogido por el medio ‘100% Noticias’. El lunes, Benavides fue trasladado a la prisión del Chipote, donde están encarcelados en la actualidad 180 presos políticos.

Esta nueva detención muestra la escalada de represión del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica, crítica con el régimen, que obligó a convocar una reunión de urgencia a la Organización de Estados Americanos (OEA) el pasado viernes para abordar esta situación.

Este mismo martes, los feligreses de una congregación no pudieron entrar en la Parroquia de Santa Lucía en Ciudad Darío, norte de Nicaragua porque la policía orteguista impidió el acceso al templo y el sacerdote tuvo que dar el sacramento detrás de una valla, según se puede ver en las imágenes colgadas en las redes sociales.

El caso de Danilo Benavidez Tinoco se suma al hostigamiento sufrido desde hace semanas por el obispo Rolando Álvarez. La Policía Nacional mantiene rodeada la casa parroquial de monseñor, ubicada en la ciudad de Matagalpa, en el centro del país

Sin embargo, monseñor Álvarez se ha negado a irse. Dentro de la curia graba vídeos y los cuelga a las redes sociales de la Diócesis de Matagalpa, su sede religiosa. El día que fue asediado aseguró que tiene una misión religiosa, y que la lucha de los «creyentes», no es solo contra «fuerzas humanas».

«Recuerden amadísimos hermanos, el miedo paraliza, la desesperanza auto sepulta y el odio es la muerte del corazón; al odio se le responde con el amor, a la desesperanza con la esperanza, al miedo con la fortaleza y con la valentía que nos da el Cristo glorioso y resucitado», dijo el jerarca católico en otra transmisión realizada el 6 de agosto.

Los insultos de la vicepresidenta

La vicepresidente Rosario Murillo  hizo mención a los hechos el pasado jueves, tildando las acciones de Álvarez como «crimen de lesa espiritualidad», una tipificación inexistente en el marco jurídico. «Todavía quedan algunos personajes que son bufonescos, que hacen el ridículo… Sin estatura moral alguna. Personajes que creen que el tiempo no ha transcurrido, personajes que creen que pueden ocupar lugares de autoridad, que tal vez no merecen, que tal vez no son para ello», agregó la vicemandataria, quien en otras ocasiones ha tildado a los curas católicos de «golpistas» y «falsos profetas».

Se espera ante esta situación, un pronunciamiento del Papa Francisco y del Vatícano, que por ahora han permanecido en silencio