La casa italiana Gucci, perteneciente al holding internacional francés Kering, daba a conocer ayer por la tarde su nueva colección realizada en colaboración con el conocido cantante, compositor y actor británico Harry Styles, que se basa, según comparten desde la firma de moda lujo, en la amistad entre el artista y el director creativo de la marca, Alessandro Michele.
El título de la colección “Gucci HA HA HA” toma su nombre del juego de palabras entre las iniciales de ambos y la traducción de la onomatopeya “jajaja”. Este se ha usado en los estampados y etiquetas de esta colección que ha resultado en una mezcla de estéticas, que varían desde el pop y la bohemia de los años 70 hasta la deconstrucción de la “imagen del caballero” en lo que busca mostrarse como una redefinición de las convencionales fórmulas de la elegancia en la Alta Costura masculina.
Michele lo explica así: “La idea de trabajar juntos me vino a la mente mientras hablábamos un día por teléfono. Le propuse crear un armario de ensueño, empezando por esas pequeñas peculiaridades que toman forma en nuestras visiones de la infancia”. Se refiere a trajes, vestidos, faldas o camisas, a las piezas elementales cuya noción se va definiendo y sobre todo restringiendo a medida que la sociedad le va diciendo a uno qué es correcto ponerse y qué no, en función de la edad, el género o su clase social. Pero en Ha Ha Ha esas limitaciones se han trastocado bastante. “Aquí hemos creado una mezcla de estéticas, desde la moda pop y bohemia de los setenta hasta una revisión del estilo de caballero, subvirtiendo la sastrería masculina”, añade el director creativo.
Lo que Michele quiere decir es que con el cantante se lo ha pasado muy bien saltándose los códigos aún encorsetados del vestir. En la colección figuran trajes con un estampado muy similar al de las batas escolares para niños –incluyen dibujos de cerezas y ovejitas–, pijamas para salir a la calle con motivos de ardillas y corazones, con la posibilidad de llevarlos junto a un chaleco de punto como el de las universidades de la élite inglesa. Aparte, hay cazadoras de piel hechas a partir de patchwork, faldas escocesas con tirantes, gorras gavroche, broches en forma de oso de peluche malhumorado –esa imagen se ve además en algunas camisas– y maletas de mano con estampados de guepardo. En cuanto a los tejidos, no se han olvidado de la pata de gallo rosa y el terciopelo, combinados aquí con el clásico cuadro Príncipe de Gales que se ha llevado, claro está, al límite.
