En el Paso, Texas, esperan que unos 20,000 migrantes aguardan a que concluya el Título 42 para poder cruzar a Estados Unidos, dijo el alcalde de esa ciudad en una conferencia de prensa el lunes por la noche.
“Hemos estado hablando con algunos de los socios en México, y también estamos hablando con la Patrulla Fronteriza y esos son los números que nos han enviado”, dijo el alcalde Oscar Leeser, según publicó el diario New York Post.
“Los albergues en Ciudad Juárez están completamente llenos y hay unas 20,000 personas listas para venir a El Paso”.
Una presentación de emergencia ante la Corte Suprema por parte de los fiscales generales en 19 estados significó una suspensión temporal del levantamiento planeado del Título 42, la política de la era Trump que permite a los oficiales fronterizos rechazar a quienes cruzan la frontera sin documentos desde los EE.UU.
La Patrulla Fronteriza ha utilizado el Título 42 para expulsar a alrededor del 40% de todos los que cruzan la frontera indocumentados desde que el expresidente Donald Trump lo implementó en 2020.
Aunque es posible que no termine esta semana, los líderes locales dicen que continúan preparándose para una marea humana con hasta 5,000 migrantes por día intentando cruzar la frontera.
El Paso es actualmente el epicentro de la crisis fronteriza, con más inmigrantes cruzando allí que en cualquier otro lugar del país, según las estadísticas de la Patrulla Fronteriza de EE.UU.
Desde agosto, los recursos de la ciudad se han visto afectados a medida que la cantidad de inmigrantes que llegaban a la ciudad seguía aumentando.
Leeser emitió una declaración de desastre por la crisis fronteriza el sábado, solicitando ayuda del gobierno estatal y federal para que la ciudad pueda establecer un refugio, sacar a los inmigrantes en autobús de la abrumada comunidad fronteriza y obtener más fuerzas del orden.
El Paso ha visto multitudes de inmigrantes tratando de cruzar la frontera por cientos en los últimos meses y días donde la patrulla fronteriza encontró a unos 2,400 migrantes.
El centro de detención donde se retenía a los migrantes para su procesamiento superó su capacidad en más de 1,500 personas y se ocuparon todas las camas de los refugios de la ciudad, lo que dejó a las autoridades sin otra opción que liberar a unas 800 personas a las calles
