La relación entre el consumo de vinagre y la pérdida de peso ha sido estudiada por diferentes grupos de investigación.
Por ejemplo, en 2009, un estudio japonés realizado con 175 adultos obesos determinó que consumirlo diariamente durante 12 semanas ayudaba a cada individuo a bajar de media 1,81 kilos, además de mejorar sus niveles de triglicéridos (TG).
En otro análisis de 2018, un grupo de personas que siguió una dieta de restricción calórica y además consumió 30 mililitros de vinagre de sidra al día consiguió adelgazar más que otro conjunto de sujetos que solo siguió esa misma dieta.
Ahora, un nuevo estudio publicado en BMJ Nutrition, Prevention & Health apunta en la misma dirección.
El informe, que ha visto la luz este miércoles, señala que ingerir pequeñas cantidades diarias de vinagre de sidra de manzana durante tres meses ayuda a controlar el peso en personas con sobrepeso.
Los resultados muestran que el consumo de esta sustancia –de moda entre los famosos– se asocia con descensos del peso, del índice de masa corporal y de los niveles de glucosa, triglicéridos y colesterol.
Por ello, los autores plantean que esta sustancia podría servir como tratamiento complementario frente a la obesidad.
Eso sí, aunque la idea suene muy esperanzadora, lo cierto es que el nuevo estudio plantea muchas incógnitas para llegar a la conclusión de los autores.
Poca gente y muy joven
Los dos estudios de hace años que encabezan este artículo comparten limitaciones en cuanto a la población estudiada.
En ambos casos se trató de análisis pequeños en cuanto al número de participantes y la diferencia entre las personas de los grupos respecto a su pérdida de peso resultó pequeña.
Por ello, la evidencia científica que había hasta ahora de que el consumo de vinagre –ya sea de sidra de manzana o no– es una forma fiable y estable a largo plazo de perder peso resulta poco convincente.
Algo parecido sucede con el nuevo estudio, que también plantea dudas por el número total de personas evaluadas.
La extrapolación de los resultados a otros grupos de edad puede no ser sencilla.
Las diferencias biológicas entre grupos de edad pueden afectar a las respuestas a las intervenciones.
Por lo tanto, se requerirían estudios adicionales dirigidos a diferentes grupos de edad para determinar la aplicabilidad de nuestros hallazgos en diversos grupos demográficos de edad”.
La obesidad presente en la juventud es muy diferente de la obesidad que se presenta en la edad adulta .
Además, la presencia de otras comorbilidades del adulto puede potenciar la generación de obesidad como en la diabetes tipo 2.
La obesidad es un tipo de patología crónica muy presente en los países desarrollados.
La cultura se encuentra dentro de los factores de riesgo