¿Cómo cambia la piel durante la menopausia?

Salud

La menopausia marca el final de la edad reproductiva de la mujer. Es un periodo de transición en el que se interrumpe la menstruación, causado por una pérdida gradual de la función folicular ovárica junto con un descenso de los niveles de estrógenos.

Para muchas mujeres, la menopausia va acompañada de una serie de síntomas de diversa gravedad que pueden afectar a muchos aspectos de la vida. Los científicos han cifrado recientemente en 48 el número de síntomas de la menopausia, aunque no todas las mujeres los experimentan todos.

Se calcula que casi la mitad de las mujeres experimentan problemas cutáneos durante la menopausia. La reducción de la producción de estrógenos, progesterona y testosterona, y el aumento de la producción de cortisol durante este periodo son responsables de los inevitables cambios cutáneos a los que se enfrentan las mujeres. Para algunas, sin embargo, estos cambios pueden ser más significativos o desafiantes.

Sequedad y picor

Uno de los cambios cutáneos más comunes que provoca la menopausia es la sequedad y el picor de la piel. Esto se debe a la disminución de estrógenos que se produce en la menopausia.

El estrógeno actúa como uno de los potenciadores naturales de la hidratación de la piel, ya que facilita la producción de ceramidas, ácido hialurónico natural y sebo. En ausencia de estas sustancias, el agua se evapora fácilmente de la piel, dejándola seca. La piel seca puede irritarse y provocar picores.

Los expertos recomiendan que la sequedad y el picor durante la menopausia pueden mitigarse evitando los productos con jabón, ya que éste reseca la piel. También recomiendan aplicar crema hidratante para ayudar a la piel a retener la humedad.

El picor de la piel también puede ser un indicador de otros problemas, como deficiencia de hierro y problemas de tiroides, por lo que se recomienda a las mujeres que consulten estos síntomas con su profesional sanitario.

Piel delicada

La reducción de los niveles de estrógeno también puede hacer que la piel se vuelva más frágil. El estrógeno es necesario para la producción de colágeno, la proteína que da elasticidad y firmeza a la piel. Durante los primeros cinco años de la menopausia, la piel pierde aproximadamente el 30% de su colágeno, seguido de un descenso más gradual en los años siguientes.

Si bien esto puede hacer que la piel pierda su aspecto terso y aumente la aparición de arrugas, también hace que la piel sea más vulnerable a los hematomas. El colágeno también desempeña un papel importante en la cicatrización de heridas; con menos colágeno, la piel puede tardar más en cicatrizar.

El efecto de la reducción de los niveles de colágeno puede tratarse con terapia hormonal sustitutiva (THS), que reemplaza la pérdida de estrógenos.

Las mujeres con antecedentes de cáncer de mama, ovarios o útero, coágulos sanguíneos, hipertensión no tratada o enfermedades hepáticas pueden no ser aptas para la THS.

Acné

Aunque el acné se asocia a la adolescencia, cada vez se reconoce más como una afección que afecta a las personas durante toda la vida, incluida la menopausia. Aunque la causa del acné menopáusico es multifactorial, los desequilibrios hormonales son los principales responsables de este tipo de brotes.

A menudo, las mujeres que tuvieron brotes de acné durante la adolescencia pueden experimentar brotes similares durante la menopausia. Aunque el reemplazo de estrógenos puede utilizarse para abordar los desequilibrios hormonales, algunas mujeres siguen teniendo acné después de este tratamiento. Se necesitan más investigaciones para comprender plenamente los mecanismos que subyacen al acné menopáusico.

Sofocos

Los sofocos son uno de los síntomas más comunes de la menopausia, casi todas las mujeres experimentan sofocos en este periodo. La menopausia también parece aumentar la probabilidad de que una mujer sufra rosácea, en la que los vasos sanguíneos de la piel se vuelven muy reactivos.

El enrojecimiento causado por los sofocos y la rosácea puede reducirse con cambios en el estilo de vida. Evitar el alcohol, la cafeína y la comida picante, y utilizar FPS puede mejorar el enrojecimiento de la piel. A veces se utilizan otras técnicas, como cremas o láser, para atajar la rosácea.

Vello facial

El crecimiento de vello facial nuevo y más grueso es bastante común en las mujeres en edad menopáusica. Según un estudio, alrededor del 40% de las mujeres de 45 años o más declararon tener un exceso de vello facial, sobre todo en la barbilla.

La disminución de estrógenos que se produce durante la menopausia cambia el equilibrio entre estrógenos y testosterona, y este aumento relativo de testosterona puede provocar el crecimiento de vello facial en el labio superior, la barbilla, las mejillas y la mandíbula.

Melasma

Durante la menopausia, los signos del daño solar pueden hacerse más evidentes. La piel puede pigmentarse más, a menudo en las mejillas, el labio superior y la frente; esta pigmentación se conoce como melasma. Las mujeres con daños solares particulares pueden experimentar un tono de piel irregular y manchas solares.

Cambios faciales

Por último, la menopausia puede ser una época en la que las mujeres experimenten cambios en su aspecto. La pérdida de densidad ósea (que también afecta a los huesos faciales) y la disminución de colágeno que se producen durante la menopausia y después pueden alterar el aspecto facial. Puede ser un proceso difícil de soportar.

Los cambios hormonales característicos de la menopausia también afectan a la salud mental de la mujer. Se calcula que el 70% de las mujeres sufren algún tipo de trastorno mental en la menopausia.

Los cambios en la piel pueden ser una fuente de angustia, y algunas mujeres consideran que contribuyen a la pérdida de confianza y autoestima.

El aumento de la investigación sobre los 48 síntomas de la menopausia es vital para garantizar que contamos con los conocimientos necesarios para apoyar la salud de las mujeres durante este periodo.