Lula frente el gran reto de gobernar un Brasil altamente dividido

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Si además de haber ganado las elecciones con un apretadísimo resultado de 50,8% de los votos frente al 49,1% de su adversario Jair Bolsonaro, Luiz Inácio Lula da Silva, se encontrará al tomar el poder el 1º de enero de 2023, con un panorama verdaderamente comprometido para intentar cualquier acción gubernamental.

Tan ajustada fue la victoria de Lula, que el termómetro que es históricamente el Estado de Minas Gerais, el «Ohio brasileño», funcionó con lo justo: Lula ganó allí por 50,09% a 49,91%.

La abstención se movió en los valores habituales, un 20,53%, similar al 21,30 de 2018 y al 19,30 de 2014. 

Lula se encontrará en primer lugar con un país altamente dividido como lo demuestran los resultados electorales, pero más grave aún es que la representación de Lula tanto en gobernaciones como en el Parlamento es absolutamente minoritaria.

La derecha y no solamente la bolsonarista es ampliamente mayoritaria en el Congreso y logró 17 de las 27 gobernaciones.

Eso por si solo basta para mostrar que la recuperación del poder por el Partido de los Trabajadores, perdido en 2016, tras el desalojo de Dilma Rousseff, será una tarea gigantesca.

Empobrecimiento y alto costo de la vida

El gigantesco Brasil atraviesa una situación de pobreza escalofriante, con una inflación del orden del 5.6% y con una caída del Rial, su moneda en forma significativa.

Durante toda la campaña, Lula prometió reajustar el salario mínimo por encima de la inflación , lo que no ocurría desde 2019, el primer año del gobierno de Bolsonaro. De acuerdo con la regla establecida en el modelo PT, el incremento sería de 1,3% por encima de la tasa de inflación. Hoy, la previsión de inflación para este año es de 5,6%. Así, el piso nacional subiría un 6,9% en 2023, de R$ 1.212 para R$ 1.296 .

La regla de reajuste del salario mínimo, ya adoptada en el pasado por Lula y Dilma Rousseff, prevé un aumento del salario mínimo con base en la inflación del año anterior, más el Producto Interno Bruto (PIB) de dos años antes. 

Pero es el caso que Lula deberá negociar ese monto con el Congreso Nacional, ya que cada aumento de R$ 1 representa al menos R$ 380 millones más en el gasto público, ya que el piso nacional es una referencia para jubilaciones, pensiones y beneficios millonarios.

Como señalamos el Congreso está formado en su alta mayoría por representantes de la derecha.

La Bolsa Familia

Otras de las ofertas de Lula es crear la Bolsa Familia que sustituirá al Auxílio Brasil, creado durante el gobierno de Jair Bolsonaro como una forma de obtener el apoyo político de la población de bajos ingresos.

Auxílio Brasil subió a R$ 600 en agosto, pero ese valor sólo está garantizado hasta diciembre de este año. A partir de enero, según la previsión presupuestaria enviada por el gobierno federal de Bolsonaro al Congreso Nacional; el beneficio volvería a R$ 400 en enero de 2023.

Ahora, Lula debe negociar con el Congreso Nacional una Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC) para garantizar el beneficio en ese monto el próximo año, eludiendo el techo de gasto, la regla fiscal que limita los gastos federales.

Infraestructura de emergencia

Lula quiere armar un plan de infraestructura de emergencia, con obras prioritarias en cada estado, en los primeros 100 días de gobierno. Además, prevé recuperar gastos del Presupuesto 2023, como la Farmacia Popular y el programa Minha Casa, Minha Vida.

 Todas esas ideas no solamente tendrán la dura oposición del Congreso, sino que debe por lo menos oir la posición de los empresarios, naturalmente opuestos a quien será el próximo mandatario

En resumen, Lula, para alegría y festín de la izquierda americana ha ganado la presidencia de Brasil, ajustadamente, el gobernar bien es donde comienzan las difucltades.